Archivo por meses: octubre 2014

Ruta de sábado tradicional

Fecha: 25 de octubre de 2014

Pelotón al cruzar el arroyo

Pelotón al cruzar el arroyo

Asistencia: 4 y medio /8.

Ruta: Boadilla-Casa de Campo

Distancia: 52,2 kms.

Meteorología: Solazo espectacular, digno del veranillo extendido que estamos disfrutando.

Estrenos: Ninguno

Este sábado quedar a las ocho, como hemos hecho, ha sido quedar en la más pura oscuridad. A pesar de que tres de los cinco (cuatro y medio, porque uno nos viene medio enfermo) de los que al final salimos contaban con lámparas de no sé cuántos lúmenes, cuando nos adentramos en la zona boscosa de los alrededores de Boadilla, nos cuesta adivinar si lo que tenemos delante es una jara, un conejo despistado o el que llevábamos delante. Afortunadamente, hoy nos han cambiado la hora, y la semana que viene, quedando a la misma hora, tendremos luz natural desde los primeros instantes.

Nuestro pelotón está realmente mermado esta semana: Ramírez nos comunica que un virus lo deja en casa y Santonja amenaza con quedarse también ya que la dieta a base de sopas que se ha marcado esta semana, por culpa de otro virus, lo ha dejado «tocado». Al final, y a pesar de sus anuncios, pueden más sus ganas de pedalear que sus males y se apunta, aunque a medido gas: nos viene mucho menos lenguaraz de lo que es habitual en él y echamos de menos sus pasadas en las cuestas arriba con las que nos tiene tan acostumbrados.

Quizás porque nuestro GPS humano no nos acompaña, decidimos dar, por segundo sábado consecutivo, una vuelta por la Casa de Campo. Por darle un poco más de sabor novedoso, en lugar de dar la vuelta en el sentido de las agujas del reloj, abordamos el paseo en sentido contrario, saliendo desde Boadilla hasta Monteprínicpe, de ahí a La Finca y accedemos a la Casa de Campo por la entrada de Somosaguas. Como en la salida anterior alguno se quedó con las ganas de algo nuevo, nos desviamos de la carretera que lleva al Lago y nos metemos por el camino de los toboganes, como cariñosamente lo conocemos, ya que cuenta con un sendero muy divertido de sube-bajas. Se ve que hacía tiempo que no pasábamos ya que, en la primera cuesta, nos quedamos clavado y casi nos la pegamos. Afortunadamente, la cosa no pasa a mayores y la experiencia, a la hora de sacar los pies de las calas con rapidez, se empieza a notar.

Desde el Lago volvemos paralelos a la vía del tren para cruzar la M-503 por debajo y atravesamos Aravaca, Pozuelo para llegar al Monte del Pilar que, cuesta arriba, pierde un poco de encanto. Ya, de vuelta en Boadilla, volvemos en paralelo por sendero paralelo a la urbanización de Monte Alina y paso por puente artesanal  formado por dos maderos donde tomamos la foto de la salida. Tras hacer una pasada a un osado que nos adelanta tras el palacio del Infante D. Luis (todo un subidón para mí, que no adelanto ni a las abuelitas de paseo) degustamos nuestros ya tradicionales pinchos, cervezas, coca-colas y café con tostada para volver a casa tempranito pero con 52 kilómetros en las piernas.

Para la próxima semana probablemente el Gasco con vuelta por Majadahonda sea nuestra apuesta.

Salida a la Casa de Campo con vuelta por el muro

Fecha: 18 de octubre de 2014

Cerves del final

Cerves del final

Asistencia: 6/8 (recuperamos para el pelotón a Joseli después de una larga ausencia que ya se extendía desde antes del verano)

Ruta: Casa de Campo con vuelta por el muro

Estrenos: Nueva (y deslumbrante) luz de Jorge que se une a los adeptos a las salidas nocturnas

Después de más de un año publicando la crónica de nuestras salidas ciclistas en la coctelera, el lunes pasado me llevé la desagradable sorpresa que lo habían cerrado y había perdido todos mis posts anteriores.  Tras llamarles han quedado en intentar recuperarlos aunque, sí o sí, ya no me ha quedado más remedio que migrar a otra plataforma. Pido un poco de comprensión ante la natural torpeza del novato en este nuevo soporte. Espero superar la natural torpeza publicado un par de entradas.

Yendo a la crónica del sábado, esta semana, a pesar de que hubo algún intento de quedar en algún lugar lejano y repetir salida exótica (subida a la silla de Felipe II) , decidimos partir desde nuestro punto habitual en Boadilla asustados por lo que nos contaban los colegas sobre la cantidad de barro que había en el campo.

Tras unos primeros kilómetros de rodaje por el monte de Boadilla y vuelta al campo de golf de Las Rejas, llegamos al Monte del Pilar donde, por fin, conseguimos que algún rayo de sol nos ilumine: hasta el momento, protegidos por los árboles y por lo bajo del sol a las 8 de la mañana, habíamos pasado más bien fresquete que habíamos suplido subiendo el ritmo de pedalada.

El pelotón avanza a buen ritmo y algún que otro pique donde van cambiando los protagonistas en función de si el tramo es de subida, Jorge y Santonja, o es de bajada, el resto.

Tras atravesar Aravaca, cruzamos la carretera de Castilla y entramos en la Casa de Campo donde, en lugar de dirigirnos al Lago como siempre,  la rodeamos por el sube-baja del muro: esquivamos el camino para atravesar el parque por estrechos senderos bastante técnicos donde el pelotón se estira y, en alguna ocasión, nos pasa alguna ciclista que llama la atención, a algunos por la bici, a otros por la velocidad y a todos por lo mona.

Llegados a la puerta de Somosaguas, nos volvemos a Boadilla pasando por la Quirón, la Finca y Monte Príncipe. Ya en el monte de Boadilla, nos vamos al sendero que cruza en diagonal el bosque y que, todo cuesta abajo, estrecho y mojado por las últimas lluvias, hace las delicias del personal que se tira a tumba abierta a velocidad de escándalo.

Como volvemos temprano, paramos a desayunar, donde damos buena cuenta de tortillas, tostadas y todo lo que nos ponen por delante. Aquí tomamos la foto de la crónica del día.

La próxima semana más y, aprendiendo de mis errores, me guardo copia de la crónica en mi PC…que ya se sabe que los blogs los carga el diablo.

Vuelta urbana huyendo del barro

Fecha: 11 de octubre de 2014

Endesa

Endesa

 

Meteorología: Despejado al principio, nublándose progresivamente y empezando a llover justo cuando metíamos las bicis en el coche de vuelta.

Asistencia: 5 / 8

Distancia: 63,13 kms

Ruta: Anillo Verde de Madrid

Estrenos: Ninguno

Como la semana había estado lluviosa con tormentas importantes el jueves, decidimos no arriesgar y evitar el sufrimiento de ir tirando de nuestras bicis por los tradicionales caminos de tierra embarrados optando por un reto que, algunos, teníamos desde el año pasado: rodear Madrid por el Anillo Verde.

Elegimos como punto de partida el Lago de la Casa de Campo, lugar al que llegamos en coches a esa hora ambigua que, como decía Sabina, mezcla al borracho con el madrugador. En nuestro caso, fue más el cruce con las pobres chicas que ejercen la prostitución por la zona a la caza de los últimos clientes que con el borracho de la canción.

A las 8:10 ya estamos en las bicis y empezamos la vuelta a Madrid en el sentido de las agujas del reloj. Los primeros tramos nos son bien conocidos por ser los que empleamos en nuestras excursiones anteriores a El Pardo. Paralelos al Manzanares, atravesamos la M-30 y enfilamos las primeras cuestas de Mirasierra. De momento el anillo está bien señalizado y no tenemos dudas: algún despiste al cruzar la carretera de la Playa, pero pronto reencontramos el camino y, paralelos, ahora  a la M-40, cruzamos Las Tablas, Montecamerlo y San Chinarro.  En Montecarmelo, la bici de Carlos empieza a quedarse frenada y, para asombro de todos, Santonja se nos marca una clase práctica magistral de puesta a punto de frenos de disco que nos deja con la boca abierta. Para su desgracia, en ese momento se le rompe la zapatilla y, a pesar de su destreza, debe improvisar solución tirando de la socorrida cinta aislante que, sorprendentemente, llevaba en su mochila.

La vuelta sigue sin más contratiempos con un constante sube y baja, normalmente bien indicado, aunque con algunas zonas donde el carril bici desaparece y es sustituido por la acera, algún tunel estrecho (el paso por debajo de la carretera de Andalucía cerca de la Caja Mágica) o, directamente, por algún aparcamiento, como ocurre en el Parque del Manzanares. Nada, afortunadamente, que nos impida seguir a buen ritmo hasta volver a la Casa de Campo subiendo la Avenida de los Poblados (aquí hay que ir deteniéndose cada poco por los semáforos, lo que lo hace un poco más molesto), atravesando Aluche y cruzando la carretera de Extremadura por un paso elevado en el que casi tenemos un percance con un niño que se cruza inesperadamente. Afortundamante la cosa no queda más que en un susto tanto para el niño como para un Santonja que, por un momento se veía atropellando al crío.

En resumen, una buena ruta para días lluviosos o en los que el campo esté embarrado. Trazado urbano agradable, no muy exigente e ideal para rodar.

La foto del post es la de un servidor al lado de sus oficinas. No pude resistir la tentación de retratarme en el lugar donde, normalmente, mis prendas son de otra índole y que frecuento por otros motivos menos agradables. Decididamente, la ruta queda incorporada a nuestro «menú».